jueves, 27 de septiembre de 2012


                               A Raquel Olvera.


Es marrón lo que es y lo que no, no.

Musa, Diosa…no lo sé.

Pasaporte al infinito el cosmos de su iris
una luz de pupila alumbra al interior:

Vastedad.

Caricias de pincel delinean la cordura
y el caos desaparece.
Después traza cuerpos en mansa desnudez
para vestirlos con letras nuevas, reinventadas.

Abruma su ancestral misterio.

De lluvia es la línea de sus labios,
de muerte viva la hondura de su adentro.

Abismo,
tenue la línea al ras.

Un eclipse de candor oculta la malicia

de la “carne, carnisima” en que habita.