Ponerle música o soñar despierta,
jugar a que nada pasa
y seguir así.
Como un golpe en la sien
la razón me escupe mentiras:
el pecho en su mordaza
y la voz de palabras disfrazadas
se rebelan.
Me descubro con la cara en la impotencia.
Nada, me contesta un eco
¿nada?
Ya recuerdo…
Es ponerle música y soñar.
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